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encauzadas 247 ”, para referirse a los modos heterogéneos, variables y contingentes que caracterizan
               las  trayectorias  reales  de  los  sujetos  dentro  de  las  instituciones  educativas.  La  diferencia  entre
               trayectorias teóricas o no encauzadas se puede explicar conociendo los perfiles de los estudiantes
               del nivel superior, así como también sus experiencias en relación al curriculum vivido. Desde este
               punto de vista, en esta investigación se trata de identificar cuáles son aquellos factores que, desde la
               institución educativa, principalmente a través del curriculum que ofrece, favorecen una distribución
               más equitativa de los conocimientos y de este modo estimulan y facilitan recorridos académicos más
               cercanos al tiempo especificado en los planes de estudios.


               Sobre la vida cotidiana
                  La vida cotidiana se define “por las actividades que caracterizan la reproducción de los hombres
               particulares, quienes, a su vez, crean la posibilidad de la reproducción social. Así toda sociedad tiene
               una vida cotidiana y también la tienen todos los sujetos” (Heller, 2002: p. 37). Las formas que reviste
               lo  cotidiano  están  directamente  relacionadas  con  las  modalidades  o  con  las  maneras  en  que  la
               existencia material se produce y reproduce.
                  Como escenario de la reproducción social, la vida cotidiana está indisociablemente vinculada a lo
               que  en  un  momento  específico  y  en  una  cultura  particular  se  asume  como  legítimo,  normal  y
               necesario para garantizar la continuidad. Puntualiza Reguillo que lo cotidiano no es un contenido
               estático en el tiempo, sino un proceso dinámico y necesariamente histórico, cuya “especificidad no
               está en las prácticas reiterativas, sino en los sentidos que esas prácticas representan y en los modos en
               que son representadas, para y por los grupos sociales en un contexto histórico y social” (2000: p. 82).
               La  interpelación  de  la  vida  cotidiana  es  también  interpelación  de  la  cotidianeidad  de  la  vida
               institucional:  un  análisis  que  abre  la  posibilidad  de  problematizar  y  formular  interrogantes,
               desglosar  lo  obvio,  lo  naturalizado  e  invisibilizado,  examinando  las  condiciones  concretas  de
               existencia  en  tanto  territorios de  incertidumbres  en  el  cual se  configuran  cuestiones  que  toman
               relieve suficiente para ser analizadas (Quiroga, 2003: p. 13).  Si bien lo cotidiano no es inicialmente
               problemático, la vida cotidiana “es problematizable” en el sentido que “sus estrategias y lógicas de
               operación  revelan  en  su  transcurrir  las  distintas  negociaciones  que  los  actores  deben  realizar
               continuamente con el orden social” (Reguillo, 2000: p. 77).
                      En esa línea, la crítica de la vida cotidiana supone el análisis de lo vivencial, de la experiencia
               directa e inmediata de los sujetos, es decir, del espacio y el tiempo en que se manifiestan de forma
               inmediata y directa las relaciones que los estudiantes establecen entre sí y con el contexto en función
               de sus necesidades.


               El abordaje metodológico y el diseño desarrollado
                      El Proyecto de investigación se organizó metodológicamente en dos partes: La primera, de
               carácter descriptivo se desarrolló con métodos cuantitativos dando cuenta de las características
               sociales  y económicas  y de  los  rasgos  culturales de  los  sujetos de  la  indagación.  La  segunda, de
               carácter cualitativo focaliza a través de un trabajo de campo intensivo, en la comprensión de las
               trayectorias académicas de los estudiantes y del curriculum vivido por los mismos.
                      En el caso del presente trabajo se optó por un enfoque biográfico narrativo, partiendo del
               supuesto que la experiencia humana es vivida y comunicada en clave de relato y que la narratividad
               es una de las formas por las que los sujetos le damos sentido a la experiencia (Ricoeur, 1995). De tal
               forma consideramos que en sus recorridos por la universidad los jóvenes atraviesan por experiencias
               fundantes que pueden ser comprendidas desde las narraciones que realizan acerca de su propia vida.
                      El enfoque biográfico permite recuperar los sentidos, vinculados con las experiencias vividas,



               247 Terigi retoma el término de trayectorias no encauzadas de investigaciones de European Group for Integrated
                 Social Research (EGRIS).

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