Page 192 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 16 Ramsey Campbell
–Debe de ser muy delgada –comentó, recordando el
dibujo–. Tiene los ojos muy azules... o al menos los
tenía.
Descubrió que estaba llorando.
–Lo siento –se disculpó Maisie, tras una incómoda
pausa–. Hay días que no le apetece hablar, y mucho me
temo que hoy es uno de ellos.
De repente, Barbara se dio cuenta de cómo veía
Maisie a su hija: había empezado a frecuentar malas
compañías y había atravesado una mala etapa, pero ya
estaba en casa; ahora que estaba con su familia, lo único
que necesitaba era paz. Pronto se pondría bien. Barbara
dio media vuelta, sintiéndose derrotada por la mirada
vacía de Iris, y se secó los ojos.
–Si me deja una fotografía, seguiré enseñándosela –
dijo Maisie–. Si dice algo, la llamaré.
–Gracias –respondió Barbara con tristeza tendiéndole
el álbum, porque se sentía incapaz de escoger una por
sí misma. Echó un vistazo a la habitación: la maqueta
de un faro que debía de encenderse con pilas, una
revista escolar del año 1969, un mandala formado por
personas diminutas y centrado en un ojo ilegible, un
libro de ejercicios abierto por un poema que había sido
escrito por una mano adolescente («Oh, déjame
descender a la cálida y húmeda oscuridad»), una
muñeca con las pupilas arrancadas de los ojos, que le
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