Page 14 - Arte e Historia
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Anotaciones sobre historia y arte dominicano:
dibujo, escultura, pintura y fotografía
Nuestro arte nacional, en todas sus expresiones, nació como la patria: altagraciana, dominicana, duar-
tiana, liberal, luchadora, tricolor… Es el arte de una nación antillana con territorio al sol, y población con
mezcla multirracial, regularmente sorprendida por los temblores de sus fallas y las temporadas ciclónicas
propias del trópico.
La antillanía, siendo insularidad, es condición en sí misma, naturaleza primaria. Siglos antes de convertirse
en país, patria o nación, era pura geográfica paisajística que después subscribe ciclos históricos conformadores
de una sociedad determinada por cuatro grandes momentos: el precolombino; de los aborígenes, el colonial de
impronta hispánica y presencia africana; el ciclo de las subversiones criollas, identitarias y protonacionales, y el
ciclo republicano, extendido desde la cuarta década del siglo XIX hasta el proceso del presente milenio.
«País inverosímil» como lo califica el poeta Pedro Mir, sus primeros habitantes fueron amerindios
arawacos que procedían, casi todos, de la foresta tropical suramericana. Estos aborígenes denominaban
«ayti» a toda la isla, aunque suele distinguirse ese nombre general de la zona oriental con altas y montañosas
tierras. Los naturales lo llaman «Kiskea» dice Pané, también nombre de diosa. Por «adulteración idiomática
se convierte en el vocablo Quisqueia o Quisqueya».
Con la migración primigenia de amerindios, se desarrolló la sociedad de los taínos cuyo régimen so-
ciocultural fue interrumpido por la expedición de las naos colombinas de 1492. El almirante descubridor
le otorgó un nuevo nombre a la isla, «La Española», iniciándose la conquista y colonización emprendidas
por España. El resultado del encuentro entre los europeos invasores y los nativos invadidos lo narran
los versos de Neruda: Unos conquistadores españoles / que llegaron de España con lo puesto / buscaron oro y
lo buscaron tanto / como si les sirviera de alimento. / Enarbolando a Cristo con su cruz / los garrotazos fueron
argumentos / y tantos que los indios vivos se convirtieron en cristianos muertos.
La búsqueda y obtención aurífera esclavizó y casi aniquiló totalmente a la población aborigen, sus-
tituida por esclavos africanos, convertidos en soportes de la producción azucarera que conllevó el desa-
rrollo del hato ganadero. La exportación esclava y territorial definió el régimen colonial español, cuya
«Sol de mi tierra»
Detalle
Guillo Pérez
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