Page 345 - El Crecimiento Sostenible en RD
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Transparencia y
rendición de cuentas
17.1 Introducción Este capítulo fue
elaborado por
La corrupción1 constituye no solo un problema ético y moral, sino esencialmente un obstáculo práctico Gustavo Beliz,
para el desarrollo bajo un régimen democrático2. Pablo Alonso y
Karelia Villa.
Comparativamente con la región latinoamericana, la población de la República Dominicana muestra
los mayores niveles de satisfacción y aceptación en lo que atañe a la democracia como forma de go- 335
bierno. Sin embargo, el país se ubica entre los que poseen altos niveles de percepción de la corrupción
en la administración pública. Asimismo, la corrupción genera signi?cativos costos económicos en la
sociedad, que se traducen en la fuga de ingresos de los hogares dominicanos por concepto de sobor-
nos o pagos indebidos, a cambio de acceder a algunos servicios públicos. Según estudios recientes,
se estima que el monto total gastado por la población en sobornos asciende hasta US$188 millones3,
siendo las familias más afectadas de niveles socioeconómicos medio-bajo a bajo (USAID, 2007).
En este contexto, el problema ha merecido diferentes iniciativas por parte del Gobierno, el cual ha
llevado a cabo esfuerzos por modernizar el marco legal y reformar instituciones para promover la
1 El Banco Interamericano de Desarrollo de?ne la corrupción como “los actos cometidos por funcionarios que ile-
galmente utilicen su cargo para obtener algún bene?cio para sí mismos o para otros”. La tipi?cación de conductas
consideradas corruptas es otra manera particular de ampliar esta de?nición, de modo que incluya la contraparte
indispensable para que el delito se consuma, cual es la participación del sector privado (BID, 2007).
2 Varios estudios encontraron una sólida correlación negativa entre corrupción y desarrollo económico. Las expli-
caciones de esta asociación, que cuentan con sustento empírico, son variopintas. La corrupción parece afectar
negativamente las variables ?scales, tales como la recaudación de impuestos y la composición del gasto público.
En particular, la presencia de corrupción tiende a reducir la inversión productiva y a incrementar la inversión
de baja productividad, como, por ejemplo, un elevado gasto militar, y a primar la inversión en grandes obras de
infraestructura en perjuicio de inversiones en capital humano. Asimismo, la evidencia empírica muestra cómo la
corrupción parece estar asociada con mayores niveles de papeleo, menores niveles de retorno a la inversión, peor
calidad de la inversión extranjera, inestabilidad ?nanciera y desigualdad en el reparto del ingreso. De igual modo, es
razonable argumentar que la corrupción incrementa la ine?ciencia del gasto público. También se ha expuesto que
la corrupción socava la legitimidad del sistema político, erosiona la viabilidad de la democracia y del Estado-nación,
y funge de caldo de cultivo del terrorismo y el crimen internacional (Alonso, 2006).
3 Los recursos que el país gasta en sobornos representan el 2% del total de la deuda externa del país; el 0,3% del
PIB, el 27% del presupuesto destinado a la salud, y el 31% del presupuesto destinado a la educación (USAID, 2007).

