Page 108 - iIndependencia 1849-1856.
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108 Wenceslao Vega B.
Francia, de Inglaterra y de los Estados Unidos, prescribirán a sus
Agentes proponer al Emperador Soulouque un arreglo según esas
condiciones y una tregua previa de ocho a diez años. En el caso
de que el Jefe Haitiano rechace la propuesta, se le comunicará con
toda la energía conveniente que sus puertos serán bloqueados, y
que las tres potencias ejecutarán esta amenaza colocando sus bar-
cos en los dos o tres puertos importantes de Haití. Suponiendo que
los Estados Unidos hagan esperar indefinidamente su adhesión,
hipótesis muy verosímil a juzgar por el lenguaje del Gabinete de
Washington, pregunté a Lord Palmerston si estaría en la dis-
posición de actuar solo con nosotros. Este Ministro no le gusta
prever lo que no le disgusta. Además, como lo he observado en
otras ocasiones, tiene una actitud complaciente con los Estados
Unidos. Pero parecería dispuesto a responder afirmativamente.
Sin embargo, no se comprometió en lo absoluto. Me dijo después
de reflexionar que el Gabinete Británico comunicará a París la
decisión sobre ese punto. Invitará al Sr. Bulwer a hacer una nue-
va gestión ante el Sr. Webster. No lo presioné pues en mi opinión,
eso sería algo delicado, hasta temerario, de comprometernos sin
la participación del Gobierno Federal, en una operación que
tendría por resultados poner trabas en las relaciones comerciales
que la Unión tiene con la República Negra. En una coyuntura
de esta naturaleza, la neutralidad, siempre incierta y precaria,
no me parece garantía suficiente; es necesario su participación.
No me parece que el deber sea tan imperioso, ni el interés tan
considerable para correr el riesgo de alterar nuestras relaciones
con una potencia tan poco paciente como ella.28
Así pues, ya a mediados de 1850, había consenso entre Francia
y la Gran Bretaña en servir de mediadores entre «Las partes con-
tendientes» como las denomina Palmerston. Pero los norteameri-
canos aún no se decidían a intervenir ni a formar parte del grupo
mediador. Luego de la salida del agente Green y la llegada de
28 E. Rodríguez Demorizi, Correspondencia del cónsul, tomo II, pp. 385-387.

