Page 140 - iIndependencia 1849-1856.
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140	 Wenceslao Vega B.

            las conferencias particulares que tuve, les reproché amargamente
            haber deseado ver un Agente de su confianza dominicano para
            ponerle condiciones tan onerosas para su país y que tantas veces
            han sido rechazadas por su Gobierno. En fin con las miras de
            tener una prueba palpable de la mala fe del Gobierno haitiano y
            del poco deseo que le animaba a concluir la guerra, le dirigí mi
            última nota en la que establecía categóricamente por base de toda
            negociación, el reconocimiento de nuestra independencia, y que
            en caso que tuviesen que hacer alguna nueva comunicación con
            ese objeto la esperaría un día mas. La contesta fue como las ante-
            riores según V. verá pero esta contesta junto con las demás piezas
            que tuve el cuidado de hacer pasar copias a los Señores Cónsules
            de Francia y de Inglaterra, servirá a la República, cerca de esos
            Gobiernos, como una prueba no equívoca de su buen deseo de
            terminar esa contienda que arruinará necesariamente a ambos
            países, agotando todas las fuentes de prosperidad pública; dará a
            la República un nuevo entusiasmo por la defensa de sus derechos
            y hará recaer sobre el Gobierno Imperial, toda la responsabilidad
            de la guerra.29

    Este fracaso del primer intento de lograr un acuerdo de paz
no desalentó a los mediadores. El 31 de mayo de 1852, el canciller
británico, Conde de Malmesbury, le decía en un despacho al cón-
sul Schomburgk al comentar las noticias de ese fracaso:

                 Recibí al mismo tiempo un despacho del Sr. Usheer fechado
            a 25 último, reportando el fracaso de la Misión e indicando que
            él no estaba ya confiado en las expectativas que el objeto deseado
            sería ahora logrado a través de negociaciones, pero mejor por una
            definitiva prolongación de la tregua actual. Yo, sin embargo he
            instruido al Sr. Usheer a que persevere en sus esfuerzos para in-
            ducir al Emperador de Haití, de que acomode sus asuntos con
            la República Dominicana; y tengo el deseo de que usted de igual

29	 E. Rodríguez Demorizi, Relaciones domínico-españolas, pp. 93-94.
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