Page 137 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia	  137

            un Agente o Agentes Dominicanos, que se presentarían a las
            Autoridades del Oeste con la sola apariencia de Comisionados
            para verificar el canje por los Dominicanos que se encuentran
            en esta misma clase en Haití, pero cuya misión real sería la de
            arreglar el modo como deberían abrirse las negociaciones bajo la
            protección de las Potencias Mediadoras y cuyo resultado dice el
            Sr. Cónsul, no dejará de ser, si recibe la garantía de las Potencias
            mediadoras aceptable a la República Dominicana. Me cabe el
            honor de contestar al Señor Cónsul, que mi Gobierno está dis-
            puesto a aceptar esas sugestiones y ponerlas en práctica desde el
            momento que le sean manifestadas colectivamente por los Agentes
            de las Naciones mediadoras, pues nos hemos propuesto no sepa-
            rarnos de sus insinuaciones, probando la gran confianza que
            depositamos en la justicia y la magnanimidad de las citadas
            potencias mediadoras.24

    Esta negociación directa era una novedad que los domini-
canos sopesaron y a la cual se avinieron luego.

    En marzo de 1852, el Gobierno dominicano manifestó a
los cónsules que estaba listo a enviar al general Antonio Abad
Alfau en la misión citada arriba. El Cónsul francés ofreció el
vapor de guerra Cocodrille para el transporte del general Alfau,
lo que fue aceptado por el Gobierno dominicano en oficio del
30 de marzo de 1852. Le decía el canciller Aybar al Cónsul
francés tras dar su aprobación a esa oferta:

                 La misión del General Alfau es muy sencilla: solamente
            tiene por objeto oír, bajo los auspicios de los Sres. Agentes de las
            Potencias mediadoras, las proposiciones del Gobierno haitiano
            para poner término definitivo a la guerra. Cuando el Gobierno
            haitiano haya asentado claramente y nuestro enviado las bases
            sobre que se desea tratar, y este las haya transmitido a mi Gobierno,

24	 E. Rodríguez Demorizi, Documentos para la historia, tomo IV, p. 81.
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