Page 54 - iIndependencia 1849-1856.
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54 Wenceslao Vega B.
esta noticia; esta inesperada nueva no solo llenó de temor al gene-
ral Pierrot, sino que parece que despertó su ambición de mando,
pues desde luego tuvo la idea de hacerse Presidente de Haití, y
seguidamente pensó en la retirada, la que efectuó esa misma noche
dejando en el campo de batalla todos sus muertos y heridos.2
Por supuesto, los dominicanos luchaban además por preser-
var su independencia, conociendo cuáles serían las consecuen-
cias para todo el pueblo, si los haitianos lograban vencerlos de-
finitivamente, por lo que su lucha fue mucho más motivada que
la de los soldados haitianos, que no le daban tanta importancia
a la guerra. Las amenazas haitianas de represalias, unificaron
las huestes dominicanas, las que no importando el color o clase
social, se reunían en una lucha común: En la primera procla-
ma haitiana tras la independencia dominicana, el presidente
haitiano Herard, llamó a las armas a todos los haitianos, «para
garantizar la integridad del territorio haitiano y ahogar en su
cuna la hidra de la discordia que ha osado levantar su cabeza en
la Parte del Este».3
Las guerras debilitaban grandemente a ambos países. Los
gastos incurridos por los haitianos en preparar sus campañas y
llevarlas a cabo, impidieron que ese país pudiera cumplir con
su obligación de pagar a Francia la indemnización acordada en
el Tratado de Reconocimiento del año 1825, lo que le causó
no pocos problemas políticos a sus gobiernos. Igualmente, la
falta de fondos para el pago de las tropas las desanimaba, y cada
campaña tenía que estar precedida de una leva obligatoria y la
búsqueda de fondos para ello. El abandono de las actividades
productivas por parte de los soldados, aumentaba la pobreza y
el descontento. De crisis en crisis, la economía haitiana sufrió
enormemente en el intento de su Gobierno de recuperar la par-
te perdida de la isla.
2 E. Rodríguez Demorizi, Guerra domínico-haitiana, p. 92.
3 Ibídem, p. 11.

