Page 84 - iIndependencia 1849-1856.
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84 Wenceslao Vega B.
Vemos así que en 1854, España, al fin, se une a las demás po-
tencias, tanto en acreditar cónsules como en mediar, pero siem-
pre a favor de la paz y la garantía de la existencia de la República
Dominicana, y que no tuvieron los españoles ningún interés en
favorecer a los haitianos en sus reclamos.
Se puede concluir este capítulo indicando, que ya para 1852,
Francia, España, Estados Unidos y Gran Bretaña tenían cada una
en Santo Domingo, sus cónsules o agentes comerciales acredita-
dos oficialmente ante el Gobierno dominicano. Solamente con
los británicos había un tratado formal ratificado y puesto en ejecu-
ción. Esto no impidió que dichos cónsules y agentes comerciales
intervinieran en la política local, mantuvieran correspondencias
oficiales con las autoridades dominicanas, recibieran instruccio-
nes de las más altas autoridades de sus respectivos gobiernos y
actuaran de manera muy directa como representantes diplomá-
ticos, sin serlo. Esto se ve al estudiar el capítulo sobre la guerra
domínico-haitiana de los años 1850 a 1855 y la mediación directa
y formal que esos representantes llevaron a cabo, en pos de la
cesación de hostilidades, de una tregua y de la paz definitiva.

