Page 97 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia	  97

de ocupar la presidencia, y con el respaldo del ejército bajo su
mando, desconoció al Gobierno de Jiménez, produciéndose una
corta, pero cruenta guerra civil entre los meses de abril y mayo,
de 1849. Las fuerzas de Santana sitiaron el gobierno de Jiménez
en la capital y tras la intervención amistosa de los cónsules de
Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, Jiménez capituló y se
embarcó al extranjero.

    La guerra intestina que ocurrió la narran los cónsules a sus
cancillerías: Víctor Place, cónsul francés, le dice a su Ministro de
Asuntos Extranjeros, el 1 de junio de 1849:

                 La revolución que yo había previsto en mi carta del 8 del mes
            pasado, acaba de suceder. El general Jiménez, después de dimitir
            la Presidencia partió con los jefes de su facción, llevándose lo que
            quedaba del tesoro público.11

    Schomburgk informaba a su Canciller el 14 de julio de 1849,
sobre la situación reinante a la caída de Jiménez y ascensión de
Santana:

                 Aprovecho de la última oportunidad que probablemente se
            me ofrezca previo a la temporada de huracanes, que dura de dos
            a tres meses, y durante la cual no hay comunicación entre este
            Puerto y St. Thomas, para continuar mis informes sobre el estado
            actual de los asuntos en esta República. El General Santana está
            todavía en posesión del Poder Ejecutivo, y gobierna la República
            con absoluta autoridad. El número de individuos que han sido
            expulsados, llega a 102; y aunque hay poca duda de que era nece-
            sario para el bienestar futuro de esta República, que se exiliaran
            varias personas mal dispuestas, había una forma constitucional
            a su disposición para efectuarlo, de la cual él debió haberse apro-
            vechado. El General Santana esta rodeado por el Partido Francés
            que fuerza cada nervio para obtener el Protectorado, o, como

11	 E. Rodríguez Demorizi, Correspondencia del cónsul, p. 206.
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