Page 101 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia	  101

            prometido ningún tipo de apoyo material y tampoco hemos creí-
            do que debíamos interponernos en la lucha mas que a través de
            nuestros consejos y de nuestra oficiosa mediación. Espero que la
            República Dominicana, encontrará, en el momento de peligro,
            el coraje que ella ha demostrado anteriormente y que ella no nos
            hará lamentar de haber comprometido nuestros intereses en Puerto
            Príncipe contando demasiado con su energía.16

    Ahí el Canciller francés claramente le trasmitía a los domi-
nicanos, que su apoyo a la independencia dominicana, había
arruinado las relaciones entre Francia y los haitianos, lo que los
dominicanos debían reconocer y agradecer, y luchar por mante-
nerse libres en vez de buscar la entrega de su país a una potencia
extranjera.

    Sobre los nuevos preparativos bélicos haitianos, en junio de
1849, a escasos dos meses de su derrota, el cónsul francés, Víctor
La Place, le informó a su Canciller el 2 de junio:

                 Usted sabe, a través de la correspondencia del Cónsul General
            de Puerto Príncipe, que quizás esta ocasión esté próxima. El
            Presidente Soulouque anuncia públicamente que él se prepara a
            un último esfuerzo para una guerra de exterminio. Quiere, según
            lo que ha publicado, aniquilar a todo aquel que no sea de raza
            africana, de manera tal que esos haitianos, que desde hace cin-
            cuenta años, por el precio de la libertad que les dio Francia, le han
            testimoniado su reconocimiento por medio de masacres y por viola-
            ción de sus compromisos, publican que debido al interés que hemos
            testimoniado a la República Dominicana, ellos van a convertir a
            esta bella isla en una nueva Guinea.17

    Vemos en ese último informe, lo antagónico que era el Cónsul
francés hacia los haitianos. Por otro lado, los dominicanos, para

16	 E. Rodríguez Demorizi, Correspondencia del cónsul, tomo II, p. 205.
17	 Ibídem, tomo II, p. 237.
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