Page 99 - iIndependencia 1849-1856.
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La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia 99
Santo Domingo. En el despacho del 10 de diciembre de 1849, le
decía:
La solicitud de protectorado que el Gobierno de la República
Dominicana había hecho a Francia a través de su intermediación
es una de las primeras cuestiones sobre las cuales pedí una decisión
al Gobierno de la República después de mi llegada al Ministerio.
Graves consideraciones no nos han permitido acoger en las circuns-
tancias actuales, esa solicitud. Le encargo informar oficialmente al
Gobierno Dominicano de la resolución negativa que tuvimos que
tomar. Usted buscará los términos más propios para suavizar lo pe-
noso de este rechazo. Usted expresará nuevamente los sentimientos
favorables que nos anima con el Gobierno Dominicano. Usted dirá
que esperamos que la República Dominicana no se desesperara y
que ella sabrá aportar con el trabajo de su organización interna,
tanta perfección y energía como el valor que ha demostrado para
la conquista de su independencia. Nosotros estaremos siempre dis-
puestos, usted renovará esta seguridad, de contribuir con nuestros
buenos oficios al desarrollo de su bienestar y de su prosperidad.13
En cuanto a la situación política interna en República
Dominicana, vemos que tras un corto período de interinidad
entre mayo y septiembre, cuando Santana ocupó la Presidencia,
se celebraron elecciones, en las que triunfó la candidatura de
Santiago Espaillat, pero este no aceptó el cargo y entonces, tras
nuevos comicios en agosto, Buenaventura Báez fue electo presi-
dente. Báez, recordemos, fue quien dirigió la misión dominicana
que en el año anterior, había visitado a Europa en busca de reco-
nocimiento y ayuda y era el abanderado del grupo pro-francés.14
Mientras estas cosas ocurrían, los haitianos no se quedaron
tranquilos y no se conformaron con las derrotas sufridas en abril
de 1849. Ya para marzo del año siguiente, preparaban la nueva
13 E. Rodríguez Demorizi, Correspondencia del cónsul, tomo II, pp. 281-282.
14 F. Moya Pons, Manual de historia, pp. 306-307.

