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¿SABÍAS QUÉ?
Entre las condiciones, extremadamente propicias para el ingenio productor de azúcar y etanol, se
pueden destacar: tasas de interés negativas; carencia de tres años y doce años de plazo para el pago
total de los préstamos. El gobierno, a través de la empresa petrolera del gobierno, Petrobras, era
quien determinaba el precio de venta del etanol. Se establecieron precios mínimos para el etanol
mucho más atractivos en relación al precio del azúcar, política que representó un alto subsidio para la
producción de caña de azúcar y de alcohol etílico. Para el consumidor, la disminución de la tributación
aplicada al etanol, permitió que el precio del etanol, en términos de combustible por kilómetro rodado,
quedara siempre menor que el de la gasolina sin etanol.
En esta primera fase del Pro-Alcohol, debido a la inversión en el sector, además del aumento de las
destilerías anexas y autónomas en el país, hubo un crecimiento de la producción de etanol anhídro,
como consecuencia de la ampliación de la capacidad instalada de las destilerías integradas al Ingenio
ya existentes.
Las destilerías integradas al Ingenio de azúcar, recibieron más inversiones que las destilerías
autónomas debido a que el Pro-Alcohol había surgido primero con la intención de resolver el problema
de los Ingenios de Azúcar, debido a la crisis azucarera
Gracias a estas programa Pro-Alcohol, la producción de alcohol etílico (etanol) aumentó de 600
millones de litros / año entre 1975 a 1976 a 3,4 mil millones de litros / año de 1979 a 1980.
Como fuertes puntos positivos de esta primera fase, es posible destacar el surgimiento de los primeros
vehículos movidos exclusivamente a etanol hidratado, en el año 1978, y la generación de empleo y
renta proveniente del aumento de la oferta de mano de obra en el campo cañero.
La primera fase termina con la expansión moderada del Pro-Alcohol, debido a las incertidumbres de
los Ingenios de Azúcar al uso de etanol en Brasil, con el aumento del precio del azúcar en el mercado
internacional, y de la perdida de confianza del la industria automovilística en lo que se refiere a la
viabilidad del programa.
