Page 110 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Claypool se sintió conmovido por la desesperación
de la criatura y por un instante deseó haber tenido hijos
con Ruth, en lugar de ser un esclavo del Proyecto Rayo.
—Está bien, Aurora... —comenzó, extendiendo sus
manos hacia ella. Pero la miseria y el desamparo
habían sido una amarga escuela. Apartándose, la niña
sacudió la cabeza.
—¡No, no está bien! El señor White dijo que era
terriblemente importante para todos nosotros que
usted viniera. Ahora le robarán la memoria y no podrá
ayudarnos a cambiar el Principal Mandato.
Los labios violáceos de Aurora se movieron
silenciosamente y su cabecita orgullosa se irguió
sacudiendo la cinta roja que la coronaba.
—¡Adiós, doctor Claypool El señor White dice que
es hora de que rne marche... lamento mucho que no
hayamos podido llevarlo con nosotros.
De pronto los paneles de la pared se tornaron
opacos y una oscuridad aterradora rodeó al astrónomo
y la niña, que lanzó una exclamación asustada.
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