Page 181 - Los Humanoides - Jack Willianson
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luchaba  por  el  bien  de  la  Humanidad  y  por  eso


            consiguió algunos resultados. ¡Pero necesita ser puesto

            en cura!


                    El  astrónomo  recordó  los  cuatro  autómatas  que

            viera en ʺʺAla 4ªʺ y con un esfuerzo se puso de pie. Con


            manos  temblorosas  tomó  a  Aurora  y  la  alzó  en  sus

            brazos,  volviendo  la  espalda  a  la  puerta  y  corriente

            hacia el vasto recinto.



                    Allí adentro, entre brillantes columnas, estaban los

            proyectiles  del  Proyecto  Rayo,  esbeltos  y  flamantes,

            intactos. ¡Con un poco de suerte podría detonarlos y


            destruir  aquel  planeta  con  toda  su  población  de

            renegados!


                    —¡Cuando te deje en el suelo huye! —susurró a la


            niña—. ¡Vuelve a nuestro refugio en el planeta oscuro

            y espera! Allí estarás segura.


                    —¡Espere, Claypool! —rugió a sus espaldas la voz

            del anciano.



                    En este momento la pierna lastimada le jugó una

            mala  pasada.  Sin  poder  mantener  el  equilibrio,  el

            astrónomo trastabilló y cayó. En su esfuerzo por girar


            y no lastimar a la criatura, rodó sobre sí mismo y se

            golpeó la cabeza contra el duro suelo.


                    Con un gemido intentó reincorporarse, pero no lo


            logró. Aurora, poniéndose de rodillas a su lado, se echó





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