Page 198 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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pobre  Macomber. Así  que  encendí el walkie  por


              primera vez en los diez días y pulsé dos veces el


              botón del micrófono.




                     Llevaba dos ciervos en el trineo. Eran ciervas


              más  bien  pequeñas,  pero  eran  dos,  quizá


              bastarían  para  justificar  el  tiempo  que  había


              estado  fuera  o  quizá  no.  Me  importaba  una


              mierda. Que dijera lo que quisiera. Él no imponía


              las  reglas,  en  realidad  yo  tampoco.  Cada  día



              tenía menos cosas claras. No sabía un carajo.



                     Pasó  un  minuto  o  menos,  luego  se  oyeron



              parásitos y




                     Vaya, vaya. El hijo pródigo. Pensaba que te


              me habías muerto. De verdad que sí.








                     Hola, Bruce.









                     Hizo  una  pausa  para  pensar,  bastante  larga.


              Cada vez que oía su nombre se paraba en seco.



              Era  como  un  reflejo,  como  si  se  apretara  un


              botón.  Tal  vez  su  madre  era  la  única  que  lo


              llamaba así, cuando se enfadaba.









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