Page 232 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
P. 232
decir eso. Has sufrido una conmoción, Hig, no
hay duda. Y lo lamento mucho. Pero es mucho
mejor que estar muerto. Podría ser muchísimo
peor. No te has quedado bizco y tampoco has
perdido el sentido del humor.
Se calzó el arnés en la frente y empezó a
andar.
Ahora desde el avión lo veía todo: el rastro
que salía de la senda arenosa y el montón de
maleza donde había escondido el trineo, un trozo
de plástico rojo en el suelo, el estuche de balas
que venía con la caja, el lugar donde yo estaría
cuando el primer proyectil cayó a menos de
veinticinco metros. Los cuatro donde los había
derribado, tres en el fondo del barranco y uno
arriba, los pájaros, buitre cuervo corneja urraca,
revoloteando en todas direcciones al pasar yo por
encima. Junto al proyectil, un cadáver mutilado.
Yo podría estar en su lugar. Le faltaba un brazo y
media cabeza. Todavía me dolía la cabeza y
cuando pasé a poca altura y lo vi me incliné para
vomitar por la ventanilla. No tenía casi nada en el
estómago, solo la ensalada de judías de lata y
venado que Bangley me había preparado en el
hangar, pero dejó un gran manchurrón en el
232

