Page 364 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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puede cavar una tumba decente.




                     Mientras hablábamos, el gris arenoso del alba


              se tiñó de una luz más suave, más brillante, como


              agua  clara  que  fluye  sobre  guijarros  húmedos.


              Puede  que  la  región  se  estuviera  muriendo.


              Sabía  que  cada  año  había  menos  nieve  en  la


              Divisoria, el deshielo llegaba antes, en otoño los


              arroyos  llevaban  menos  agua,  eran  más


              delgados.  Pero  justo  en  ese  momento  oí  un



              cucarachero  barranquero,  seis  siete  ocho  notas


              en  una  escala  imposible  para  una  garganta


              humana. Y otro que le respondía. Oí a un turpial


              al otro lado del prado y vi lanzarse en picado el


              martín  pescador  que  veía  casi  todas  las


              mañanas.  Se  movía  rápido  corriente  arriba.  Los


              ríos  más  grandes,  como  el  Gunnison,  no  se



              estaban secando. Todavía.



                     El viejo miraba detrás de mí con las facciones



              tensas. Quienquiera que fuese, fuera lo que fuera


              lo que hubiese hecho, sentía un gran amor por su


              tierra y por su hija, un amor intenso y espontáneo


              como un fenómeno natural.




                     El primer problema se presentó de inmediato:


              ¿podría despegar con el peso extra desde aquel








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