Page 373 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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mirar al suelo. Hacía unas dos semanas que
habían brotado las flores y ya casi no quedaba
ninguna. Nunca había visto una primavera tan
fugaz.
En los antiguos ciclos, la sequía terminaba,
llegaban las lluvias, llegaban las nieves y la vida
regresaba. Cómo volvía era un misterio, al menos
para mí. Las truchas, las degolladas que llevaban
aquí más tiempo que nosotros, las ranas
leopardo y las salamandras, volverían el año
siguiente. ¿De dónde? Quizá de las gargantas de
los pájaros, qué sé yo. Pero es probable que ya
no volvieran más.
Subí por el sendero zigzagueante siguiendo el
archipiélago, las islas de sombra que dejaban los
ponderosa. Olía la corteza tostada, el suelo
todavía húmedo se iba secando. Me agobiaba el
zumbido estival de un tábano. Los cedros de la
cumbre eran tupidos. De troncos gruesos y
nudosos, se retorcían en busca de la luz solar y
acunaban las rocas como feos brazos
consoladores. Eran árboles de crecimiento lento,
nunca los habían cortado. Algunos serían
pimpollos cuando Cortés miraba a sus soldados
sin dar crédito. Atravesé el prado abierto y
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