Page 390 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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de distancias de despegue, esa curva
incontrovertible más allá de la cual no había una
vida nueva en otra parte, sino un avión
renqueante incapaz de elevarse sobre los
árboles, un tren de aterrizaje que se engancha,
luego un ala, una vuelta de campana… era su vía
de escape. Su vía de escape del plan.
Seguramente por eso no pareció muy
sorprendido. Por eso había hecho los cálculos
delante de ella.
Al pensarlo casi me sentí mal por haber
mencionado la opción. Si quería morir en su casa
tenía todo el derecho. Pero en fin…
Me mecía en la hamaca. Recitaba todos los
poemas que lograba recordar, aunque fuera a
medias. Recorría el arroyo pescando, arriba y
abajo. Comía. Me llevaba la laya y rellenaba las
roderas de nuestra pista de despegue, arrancaba
los arbustos. Ayudé a Cima a recoger la cosecha,
las hortalizas tempranas.
Era un buen huerto, con buena tierra, mucho
mejor que la que teníamos en el aeropuerto.
Estaba llena de gusanos y se había vuelto negra
después de tantos años abonándola. Las familias
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