Page 395 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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como si fuera una ventana masónica por la que


              se accediera a mi destino. Dijo: Tienes que contar


              cómo  es  tu  vida  en  el  rancho  y  qué  sentiste  al


              perder a un hermano al que estabas tan unida.




                     Lo miré fijamente. Sabía que controlaba todo


              el  proceso  de  la  solicitud,  pero  hasta  entonces


              nadie me había dicho algo así. Había entrado en


              mi  parcela  más  íntima  y  la  había  pisoteado  con


              sus patas de elefante, clomp clomp. Bo era como



              un  jardín  secreto,  un  lugar  al  que  solo  yo  podía


              entrar;  una  fuente  de  dolor  y,  a  la  vez,  de  una


              gran fortaleza. Sykes me sonreía. Tenía una boca


              minúscula  y  solo  levantó  la  mitad.  Me  acuerdo


              perfectamente.  Me  invadió  la  turbación.  La  vida


              acababa  de  ofrecerme  sus  maravillas,  y,  de


              repente, el horror: tenía que renunciar a mi alma.



              Algo  así.  Era  aterrador.  Sé  que  me  puse  roja


              como  un  tomate  y  que  me  sentía  incapaz  de


              articular  palabra.  Seguía  sonriéndome.  Dijo:  No


              hace falta que me des las gracias, me hago cargo


              de  la  trascendencia  del  momento.  Deus ex


              machina. ¡Eso dijo! ¡Como si fuera Dios! Palabra.


              El tío creía que me abrumaba la gratitud, pero en


              realidad  estaba  furiosa.  Me  sentía  profanada.


              Estaba  tan  furiosa  que  me  daban  ganas  de








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