Page 400 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Apretó las hojas de acelga que tenía en la
mano. Asintió en silencio y me miró fijamente con
sus ojos cálidos.
Ojalá yo hubiera estado con Tomas y hubiese
podido hacer lo mismo. Ojalá. ¿Por qué no me
quedé con mi marido? Mi madre tenía al suyo, no
me necesitaba tanto como él. Es verdad que él
todavía no había contraído la gripe. Tosía un
poco, pero no estábamos seguros. No tenía
fiebre. Muchos tosían, pero había pocos casos
confirmados. Aun así, yo debería haberlo
adivinado. En mi situación, con los primeros
informes que iban llegando, debería haberlo
adivinado.
Aún en cuclillas, se enderezó y lloró en
silencio. Dejé la acelga en la cesta y me puse a
escardar. Quitaba la tierra de las raíces y
devolvía los gusanos al suelo.
El lugar más profundo del arroyo estaba al pie
de la cascada. Incluso en aquella estación,
cuando el nivel era más bajo, tenía unos cinco
palmos de profundidad y el agua estaba fría.
Costaba imaginar que pudiera llegar a secarse,
pero así sería si no se acumulaba suficiente nieve
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