Page 405 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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cabeza  y  escurriéndose  el  pelo.  Yo  estaba


              tumbado,  sufriendo  una  especie  de  shock


              endocrino,  intentando  a  la  vez  recordar  y


              ahuyentar  todo  lo  que  acababa  de  ver.  Su


              presencia  volvió  a  sobresaltarme,  y  estaba


              seguro  de  que  me  adivinaba  los  pensamientos.


              Le  sonreí  yo  también,  avergonzado  como  un


              quinceañero.




                     ¿Cuándo me vas a enseñar lo tuyo?, dijo.




                     Di un respingo, debí de sonrojarme. Entonces


              me mostró una sonrisa amplia y candorosa, y por



              un instante vi a la joven corredora de cross, a la


              competidora  que  siempre  quería  ganar  en  las


              carreras de caballos.




                     Comprobé  el  estado  de  la  Bestia,  rellené  el


              aceite, hinché los neumáticos con una mancha de


              bicicleta  que  llevaba  detrás.  Eché  unas  cuantas


              siestas. No volví a soñar con aquella casa. Ahora


              soñaba  con  grandes  felinos,  con  tigres  y  con



              pumas que en el crepúsculo bajaban hasta el río


              por entre las rocas mirándolo todo sin parpadear.


              En  el  sueño  reinaba  una  sensación  de  gracia  y


              poder  supremos,  y  también  de  inteligencia.  En


              esos sueños llegaba a estar cara a cara con los








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