Page 421 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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A estas alturas del partido tengo cosas más
importantes de que preocuparme. Y tampoco he
sido nunca un padre de esos. Nunca en mi vida
he dicho aquello de la quiero en casa antes de
las diez.
Bajé la vista hacia mi mano, hacia la cuerda
que sujetaba, luego le miré a la cara llena de
tierra y me eché a reír. Me descojonaba. Cuanto
más me reía, más gracia me hacía. No sé, igual
era por la tremenda tensión de la noche anterior.
Antes lo llamábamos acumulación mortal de
esperma. A lo mejor no era más que ese aire de
chiste de isla desierta que tenía la situación, el
rollo del padre protector, que nadie se
comportase como se esperaba. ¿Era por eso?
Seguramente no. Seguramente era de puro alivio
al ver que el Abuelo no me había matado todavía.
O porque estaba ahí plantado con la cara llena de
tierra y no se había enfadado. O sencillamente
porque hacía tanto, pero tantísimo tiempo que no
me reía a gusto…
Debíamos de estar a mediados de junio.
Había perdido la cuenta de los días. Mala cosa.
Al no tener periódicos ni aparatos para saber la
fecha, una vez que se perdía la cuenta, pues
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