Page 419 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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a algo dulce, fragante como la artemisa. Volví a
empalmarme como un animal. Ni me moví. ¿Pero
ya estás aquí otra vez? Ya eres una presencia
habitual, ¿eh? Igual hasta eres bien recibida,
depende de cómo te portes. Seguí sin moverme,
intentando adivinar constelaciones entre el follaje,
oliéndole el pelo, escuchando su relajada
respiración. En medio de la noche me buscó, la
buscó. Deslizó la mano por mi vientre y la
acarició. Con suavidad. Sin un murmullo ni un
beso, como si estuviéramos los dos dormidos.
Pero estábamos despiertos. Mi cuerpo parecía
una base aérea en una película de esas en las
que suena la sirena de alarma y por todas partes
aparece gente corriendo hacia los cazas. Todas
las células de mi cuerpo estaban alerta,
centrando su atención en mi sorprendida polla.
Era una sensación estupenda, maravillosa.
Empezó a mover la mano más despacio, se
detuvo, un par de espasmos y se quedó dormida.
Yo seguía en vilo, suspendido entre el asombro y
el tormento.
El Abuelo y yo subimos a la pradera con la
laya y el machete para preparar la pista de
despegue. Trabajábamos en silencio, moviendo
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