Page 424 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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mecerme. Me quedé quieto, contemplándola.
Sobrecogido, en vilo. Como habría contemplado
un soberbio alce que saliese de entre los álamos:
lo que estás viendo, Hig, no puede ser real, es
demasiado magnífico. Si mueves un solo músculo
desaparecerá.
No desapareció. Volvió la cabeza hacia mí.
Me aclaré la garganta.
Pasabas por aquí…, dije como un idiota. Mi
voz sonó chillona, como la de un adolescente que
aún no sabe controlar el timbre.
Ella enarcó una ceja: puede ser. Se incorporó
apoyándose en los codos y dejó resbalar la
camisa por los brazos. Luego se dio la vuelta y se
tumbó boca abajo, apoyando la barbilla en los
brazos cruzados. Me ofrecía otra perspectiva.
Aunque se acabase el mundo, tú no eres inmune.
¡Qué va!
Si prefieres mirarme solamente, no pasa
nada, dijo. Seguro que hace mucho que… No
tengo prisa.
Levantó un poco su delicioso culo.
Mmm…, esa parte nos la podemos saltar.
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