Page 467 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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fuego apabullante. De debajo de uno de los
corderos saqué la bolsa donde había metido las
granadas, le hice un gesto al Abuelo y rodeamos
la esquina sur del edificio. Yo lo seguía. Se
arrimó a la pared para que no nos vieran desde la
torre. Al llegar a la siguiente esquina, antes de
cruzar la rampa en la que antiguamente se
amarraban las avionetas y donde quedaríamos a
la vista de quien estuviese ahí arriba, nos
paramos. Había unos cincuenta metros hasta el
siguiente edificio, un edificio de ladrillos de una
sola planta, las oficinas del FBO, con un hangar
adyacente por detrás. Veíamos la parte trasera
del hangar: una hilera de ventanas oscuras, en su
mayor parte intactas, y una puerta metálica hacia
el final.
Esa señora parecía mi abuela, Hig.
¿Y qué?
Le vamos a dar para el pelo, a ella y a quien
nos encontremos. Sin preguntas. Me miró.
Asentí con la cabeza.
Esos cabrones te han atraído con engaños.
¿Has visto todos esos aviones estrellados?
¿Cuántos crees que se han cargado?
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