Page 464 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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¿A cargárnoslos? Ya estamos tardando.
¿Cima?
Parecía confundida, como si todavía estuviera
mareada y no comprendiese las implicaciones de
lo que acababa de ocurrir. Asintió con la cabeza.
No tenemos muchas más opciones, grité. Casi
no nos queda gasolina.
Viré bruscamente y descendí para aterrizar de
nuevo. Esta vez no me acordé de la lista de
verificación, solo pensaba: ¡Qué hijoputa, qué
hijoputa! ¡Voy a por ti! Aquella traición era como
un puñetazo en las entrañas. Todos esos años
pensando en la llamada de radio. La esperanza
que había engendrado. Estaba ciego de rabia.
Iba como con el piloto automático. Me ladeé y
descendí y toqué tierra unos treinta metros más
allá del cable. El Abuelo se inclinó hacia delante y
dijo:
Sigue rodando. Ahí. Aparca detrás de ese
edificio, el segundo al oeste de la torre.
Seguí circulando rápido. La radio crepitó.
Buen aterrizaje, dijo la voz que ya no parecía la
de una abuela simpática. Ahora sonaba irritada y
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