Page 463 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Menuda sangre fría, cabronazo. Era la voz de
Bangley. Una de esas raras ocasiones en que me
daba su aprobación. Y en ese mismo momento
miré con el rabillo del ojo la aguja del combustible
y vi que nos quedaban ocho litros. Diez minutos
como máximo. Mierda.
Viré a la izquierda para volver atrás y echar un
vistazo, tenso, esperando que nos disparasen
desde tierra.
Hostia puta. Era el Abuelo. Un cable. Había
dejado el cordero en el suelo y había cogido el
arma y ahora observaba los hangares, los
escombros.
El cable estaba en el último tercio de la pista,
a unos diez pies del asfalto, tensado por dos
brazos de acero articulados hacia abajo como
picos de garzas diabólicas. El cable estaba
pintado de negro como el asfalto, pero vi
claramente su sombra y luego el cable maligno.
No hubo disparos. Giré el cuello.
¿Abuelo?
Eso es todo, gritó. Era su única artimaña.
¿Vamos?, le pregunté con otro grito.
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