Page 93 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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pero lo bastante lejos para sentirse orgulloso de


              su puntería. Eso significa que en la senda había


              un lugar desde el que muchas personas a lo largo


              de  los  años  habían  visto  este  triste  mundo  por


              última  vez.  Un  lugar  literalmente  empapado  de


              sangre. Justo allí, el espacio de tierra flanqueado


              por una mata de artemisa y un arbusto de cola de


              conejo  estaba  ennegrecido  por  los  minerales



              cobrizos  de  la  sangre  derramada,  manchado


              como el lugar de un patio o un camino en el que


              se le cambia el aceite al coche. Esa noche tardé


              mucho  menos  de  una  hora  en  recorrer  los  seis


              kilómetros y setecientos metros. No me fijé en la


              distancia ni en el tiempo. Según mi calendario era


              la noche del 21 de abril, que por lo que yo sé no



              es  ningún  solsticio  ni  equinoccio  pero  que  me


              parece  importante  como  el  21  de  todos  los


              meses.  También  era  el  cumpleaños  de  Melissa.


              No  le  gustaban  las  fiestas,  así  que  nunca


              celebramos  ninguna.  Ibamos  a  cenar  a  un  lugar


              tranquilo,  normalmente  a  comer  sushi,  que  le


              parecía  una  forma  de  alimentación  ridícula  y


              decadente  pero  que  un  par  de  veces  al  año  le


              encantaba.  Al  final  los  pescados  que  más  le



              gustaban —el atún y el jurel y el salmón salvaje—


              ya  se  habían  extinguido,  y  los  demás  eran  tan





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