Page 226 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
P. 226
Pero no todo el mundo cree que Dios o Ishurti tuvieran
nada que ver con la marcha de los marcianos.
Toda una tribu africana, por ejemplo, sabe que fue el he‐
chicero Bugassi quien lanzó a los gnajamkata de vuelta al
kat.
Hay un portero de Chicago que sabe con exactitud que él
hizo huir a los marcianos con su supervibrador subatómico
extraterrestre.
Naturalmente, estos dos últimos son, y como tales se ci‐
tan, ejemplos tomados al azar entre los cientos de miles de
otros científicos y místicos que, cada uno a su modo, trata‐
ron con todas sus fuerzas de conseguir el mismo resultado.
Todos y cada uno de ellos pensó, naturalmente, que había
alcanzado el éxito.
Y por supuesto, también Luke sabe que todos están equi‐
vocados. Pero eso no tiene importancia, ni tampoco lo que
los demás piensen, porque todos ellos sólo existen en su
mente. Y como ahora es un célebre escritor de novelas del
Oeste, con cuatro bestseller en su haber durante los últimos
cuatros años, una hermosa mansión en Beverly Hills, dos
Cadillacs, una esposa amante y amada y dos hijitos geme‐
los que ya cuentan dos años, Luke tiene mucho cuidado
con lo que ordena a su imaginación. Se encuentra muy sa‐
tisfecho con el universo tal y como ahora se lo imagina y
no quiere arriesgarse a cambiarlo.
Y en una cosa, respecto a los marcianos, Luke Deveraux
está de acuerdo con todos lo demás, incluyendo a Ober‐
dorffer y a Bugassi.
226

