Page 225 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Epílogo
Hasta hoy, nadie sabe por qué vinieron ni por que se mar‐
charon. Aunque hay muchas personas que creen saberlo, o
por lo menos mantienen una vigorosa opinión sobre el
asunto. Millones de personas creen aún, como creían en‐
tonces, que no eran marcianos sino demonios, y que vol‐
vieron al infierno y no a Marte. Porque el Dios que los en‐
vío para castigarnos por nuestros pecados, se hizo de
nuevo un Dios benevolente como resultado de nuestras
oraciones.
Aún hay muchos más millones que creen que vinieron de
Marte y que regresaron allí. Muchos, pero no todos, atribu‐
yen a Ishurti el que se marchasen; sostienen que aunque los
razonamientos de Ishurti fuesen acertados y su proposi‐
ción a los marcianos respaldada por aquella tremenda afir‐
mación global, no se podía esperar que los marcianos reac‐
cionasen instantáneamente; en alguna parte, un consejo de
marcianos debió de reunirse para considerar su decisión y
convencerse de que ya estábamos bastante castigados y
éramos lo bastante sinceros. Los marcianos sólo se queda‐
ron dos semanas después del discurso de Ishurti, lo cual
ciertamente no es un tiempo exagerado para llegar a seme‐
jante decisión.
De cualquier modo, ninguna nación ha vuelto a organizar
sus ejércitos, y nadie piensa en enviar naves espaciales a
Marte, por si acaso Ishurti tenía toda la razón o parte de
ella.
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