Page 1098 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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DESLICEMOS HACIA EL INTERIOR DE LAS
LARGAS FISURAS DE LA RED DEL MUNDO
DONDE CORRE EL DESGARRADOR Y
ENCONTREMOS SU GUARIDA...
Avanzaba tambaleándose y parecía estar siempre a
punto de desplomarse. Abrió los brazos frente a Isaac
como un padre amoroso, lo alzó raudamente y sin
esfuerzo. Isaac esbozó una mueca de miedo mientras
era arrastrado a aquel extraño y frío abrazo. No me
cortes, pensaba fervorosamente. ¡No me destroces!
Los soldados lanzaron miradas furtivas y
aterrorizadas sobre la cornisa al verlo. La enorme y
colosal araña vagaba de un lado a otro, acunando a
Isaac entre sus brazos como un vasto y absurdo bebé.
Se deslizaba con movimientos seguros y fluidos a lo
largo del alquitrán y la arcilla empapados. Nadie podía
seguirla. Se trasladaba entrando y saliendo del espacio
convencional con demasiada velocidad como para que
nadie pudiera verla.
Se detuvo delante de Yagharek. El garuda balanceó
el saco de componentes mecánicos que había reunido
apresuradamente y se lo cargó sobre la espalda. Sin
vacilar, casi agradecido, se arrojó sobre el dios loco y
danzarín, alzando los brazos y aferrándose al suave
talle que había entre el abdomen y la cabeza de la
Tejedora.
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