Page 1149 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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los dos burros que tiraban de él encogían las cabezas,
tratando de no llamar la atención. Un grupo de niños
se materializó frente a las ruedas inmóviles, jugando
con una pelota hecha con harapos enrollados. Corrían
de un lado a otro, haciendo ondear sus ropas como alas
inútiles.
Estalló una discusión y cuatro niños pequeños
empezaron a dar empujones a los dos pequeños
vodyanoi que había en el grupo. El vodyanoi regordete
retrocedió a cuatro patas, llorando. Uno de los niños le
tiró una piedra. La discusión se olvidó con rapidez. El
vodyanoi permaneció un rato de mal humor y entonces
regresó al partido y robó la pelota.
Más lejos, unas pocas puertas más allá del edificio de
Isaac, una joven estaba pintando con tiza un símbolo
en la pared. Era un signo anguloso que no le resultaba
familiar, algún talismán de brujería. Dos ancianos se
sentaban juntos en un banco, tiraban dados y
celebraban con risas escandalosas los resultados. Los
sucios edificios estaban manchados de excrementos de
pájaro, el embreado pavimento salpicado de baches
llenos de agua. Grajos y palomas revoloteaban entre el
humo emitido por millares de chimeneas.
Fragmentos de conversaciones llegaban hasta los
oídos de Isaac.
— ¿...y dice que solo necesita uno para eso?...
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