Page 1153 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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llenando los tejados ligeramente inclinados de los
puntales y las torres de la milicia y cubriéndolos de
guano blanco. Se reunían formando cambiantes
espirales alrededor de las torres de Páramo del Queche
y de los esqueléticos edificios de Salpicaduras.
Pasaban a toda velocidad sobre el Cuervo, planeaban
intrincadamente a través del complejo patrón trazado
por el viento sobre la estación de la calle Perdido. Los
ruidosos grajos reñían sobre las capas de ladrillo.
Revoloteaban sobre las moles inferiores de pizarra y
alquitrán de la descuidada parte trasera de la estación
y descendían hacia una peculiar llanura de hormigón
situada sobre una pequeña cumbre de tejados
acristalados. Sus excrementos manchaban la superficie
recién limpiada, pequeñas bolitas de salpicaduras
blancas contra las manchas oscuras sobre la que había
sido vertida copiosamente alguna clase de fluido
nocivo.
La Espiga y el edificio del Parlamento estaban
cubiertos por un enjambre de pequeños cuerpos
voladores.
Las Costillas se blanqueaban y se abrían, mientras
sus defectos empeoraban lentamente bajo el sol. Los
pájaros se posaban durante breves instantes sobre los
enormes astiles de hueso, volvían a remontar el vuelo
rápidamente y buscaban refugio en cualquier otra
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