Page 1154 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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parte del Barrio Óseo, sobrevolando el tejado de un
ático negro manchado por el humo, en cuyo interior el
señor Motley desvariaba contra la escultura inacabada
que se mofaba de él con interminable rencor.
Las gaviotas y los alcatraces seguían a las barcazas
basureras y a los barcos pesqueros a lo largo del Gran
Alquitrán y el Alquitrán, planeando para recoger algún
bocado orgánico de los detritos. Viraban y se alejaban
en busca de otros lugares prometedores, los montones
de menudencias de Malado, el mercado de pescado de
los Campos Pelorus. Se posaban durante breves
instantes en el cable partido y cubierto de algas que
salía del río junto a Hogar de Esputo. Exploraban los
montones de basura del Cantizal y cazaban las presas
medio muertas que se arrastraban por los
descampados del Meandro Griss. La tierra ronroneaba
debajo de ellos a causa de los zumbidos de los cables,
ocultos varios centímetros por debajo del irregular
suelo.
Un cuerpo más grande que el de los pájaros se alzó
de entre las casuchas del Montículo de San Jabber y se
remontó en el aire. Planeó a tremenda altitud sobre la
parte occidental de la ciudad. Debajo de él, las calles se
convirtieron en una mancha moteada de caqui y gris,
como un moho exótico. Pasó fácilmente sobre los
aeróstatos en brazos de las ráfagas de viento, calentado
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