Page 135 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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pasárselo bien, y por tanto nos ofrece lo siguiente. —
Lin agitó el cartel y lo tiró al centro de la mesa, donde
era visible para todos. Atracciones, espectáculos,
maravillas y raciones de coco por cinco meros estíveres
que Isaac se ha ofrecido a aportar...
— ¡Pero no para todos, puercos! —rugió Isaac
fingiendo ultraje, aunque fue acallado por un rugido
etílico de gratitud.
—...se ha ofrecido a aportar —siguió Derkhan
tenaz—. Por tanto, propongo terminar de beber y
comer, y salir disparados hacia Sobek Croix.
Se produjo un asenso caótico. Los que ya habían
terminado sus consumiciones recogieron sus bolsas.
Los otros atacaron con brío renovado las ostras, la
ensalada o el llantén frito. Lin pensó en lo imposible
que resultaba organizar un grupo de cualquier tamaño
para actuar al unísono. Tardarían aún un tiempo en
marcharse.
Isaac y Derkhan se susurraban frente a ella, y sus
antenas vibraron. Podía captar algunos de los
murmullos: Isaac estaba entusiasmado hablando de
política. Canalizaba su difuso, errabundo y marcado
descontento social hacia sus discusiones con Derkhan.
Estaba actuando, pensó Lin con divertido
resentimiento, tratando de impresionar a la lacónica
periodista.
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