Page 138 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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— ¡Vengan, vengan, vengan a intentarlo, prueben
suerte!
— ¡Señoras y señoritas, pidan a sus acompañantes
que ganen un ramo por ustedes!
— ¡Gira la rueda, gira tu mente!
— ¡Su retrato en solo cuatro minutos! ¡No hay otro
retratista más rápido en el mundo!ʺ
— ¡Experimenten el mesmerismo hipnagógico de
Sillion el Extraordinario!
— ¡Tres asaltos, tres guineas! ¡Resistan tres asaltos
contra «Hombre de Hierro» Magus y llévense a casa
tres guineas! ¡No se admiten cactos!
El aire de la noche estaba cuajado de ruido. Los retos,
los gritos, las invitaciones, tentaciones y provocaciones
resonaban alrededor del feliz grupo como globos que
estallan. Las luces de gas se mezclaban con productos
químicos selectos que ardían rojos, verdes, azules y
amarillos. La hierba y los senderos de Sobek Croix
estaban pegajosos por la salsa y el azúcar derramados.
Las sabandijas se escabullían por los alrededores de los
puestos hacia los matorrales oscuros del parque y
atesoraban bocados furtivos. Los carteristas y
aprovechados se deslizaban depredadores a través de
la multitud, como peces en un banco de algas. A su
paso se alzaban rugidos y gritos violentos.
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