Page 196 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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—Mira —comenzó Lublamai, con voz de repente
aplacadora—. Isaac... Siempre hemos estado de
acuerdo en que en este lugar podemos desarrollar las
investigaciones que queramos, sin hacer preguntas. En
que nos ayudaremos los unos a los otros, y todo eso.
¿No es así?
Isaac lanzó un suspiro y se frotó los ojos con el pulgar
y el índice de la mano izquierda.
—Por Jabber, chicos, no juguemos a los viejos
soldados—dijo con un gruñido—. No tenéis que
decirme por lo que he pasado, y vosotros igual. Sé que
estáis hasta los cojones, y no puedo culparos si...
—Apesta, Isaac —soltó claramente David—. Y
tenemos que padecer el coro del amanecer todos los
minutos del día.
Mientras Lublamai hablaba, el viejo constructo se
acercó inseguro a su espalda. Se detuvo, rotó la cabeza
y apuntó con sus lentes a los dos hombres. Titubeó un
instante antes de plegar los brazos de metal en una
torpe imitación de sus posturas.
Isaac le hizo un gesto.
— ¡Mirad, mirad lo que hace esa estúpida máquina!
¡Tiene un virus! Más os valdría que lo desmontaran o
se organizará solo, y tendréis discusiones existenciales
con vuestro amiguito mecánico hasta la muerte.
—Isaac, cabrón, no cambies de tema —replicó David
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