Page 239 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Salpicaduras.  Como  mucho  les  llevo  a  la  Colina

            Vaudois, eso es todo. No merece la pena. Si me meto en

            Salpicaduras,  me  roban  las  ruedas  del  taxi  sin


            detenerme siquiera.

                —Bien, bien —respondió Isaac irritado—. Limítese a

            acercarnos tanto como se atreva.


                Mientras  el  desvencijado  vehículo  rodaba  sobre  el

            empedrado  de  los  Campos  Salacus,  Lin  llamó  la


            atención de Isaac.

                ¿Es peligroso de verdad?, señaló, nerviosa.

                Isaac apartó la mirada y le contestó con señales. Era


            mucho  más  lento  y  menos  fluido  que  ella,  pero  así

            podría ser más maleducado con el conductor.


                Bueno... lo que es, es pobre. Roban lo que sea, pero no son

            especialmente  violentos.  Este  gilipollas  no  es  más  que  un

            cobarde. Lee demasiados periódicos... Se detuvo y torció el


            gesto, concentrándose.

                —No              conozco               el         signo           —murmuró—.

            Sensacionalistas.                  Lee           demasiados                   periódicos


            sensacionalistas.

                Se  reclinó  y  miró  por  la  ventana  el  paisaje  del

            Aullido, que pasaba inestable a su izquierda.


                Lin no había estado nunca en Salpicaduras, y solo lo

            conocía  por  su  notoriedad.  Hacía  cuarenta  años,  la


            línea Hundida fue extendida al suroeste del Vado de

            Manes, más allá de la Colina Vaudois, hasta alcanzar




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