Page 301 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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eran más brillantes.

                —Serás un buen sustituto para que no me obsesione

            con  la  teoría  de  la  crisis,  ¿de  acuerdo?  ¿Te  apetece,


            pequeño cabrón agusanado? No te he visto en los libros

            de texto, ¿sabes? ¿Eres tímido? ¿Es eso?

                Una  descarga  de  psique  retorcida  golpeó  a  Isaac


            como el virote de una ballesta. Se tambaleó y cayo al

            suelo.


                —  ¡Ou!  —chilló,  mientras  trataba  de  alejarse  de  la

            jaula—.  No  soporto  tus  berridos  empáñeos,

            pequeñajo...  —Se  puso  en  pie  y  se  acercó  a  la  cama,


            frotándose las sienes. Justo cuando llegó, otro espasmo

            de emociones alienígenas pulsó violento en su cabeza.


            Sus rodillas se doblaron y cayó a la cama, apretándose

            las  sienes—.  ¡Ah,  mierda!  —Estaba  alarmado—.  Te

            estás pasando, te estás haciendo demasiado fuerte...


                De  repente  fue  incapaz  de  hablar.  Se  quedó

            totalmente quieto hasta que un tercer e intenso ataque

            inundó  sus  sinapsis.  Aquellos  eran  diferentes,


            comprendió, no eran como los quejumbrosos lamentos

            psíquicos del extraño gusano que tenía a tres metros.

            Su boca se secó de repente y pudo saborear la ensalada


            mustia. Pulpa. Alpiste. Fruta madura.

                Mostaza grumosa.


                —Oh, no... —musitó. Su voz se agitó al comenzar a

            comprender—. Oh, no, no, no, no, Gazid, maldito hijo




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