Page 303 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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y empujándose con los ojos.
Sintió crecer la presión en la nuca. Observó una gran
puerta, la de un sótano, instalada en la pared de la
esquina más ignorada de su cerebelo. La puerta
traqueteaba. Algo estaba intentando escapar.
Rápido, pensó Isaac. Atráncala...
Pero podía sentir el poder creciente de aquello que
pugnaba por escapar. La puerta era una caldera
rezumante de pus, presta a reventar, como la faz sin
rasgos de un perro de músculos colosales, luchando
ominoso y silencioso contra sus cadenas, como el mar
batiendo sin descanso el muro desmenuzado del
puerto.
Algo en la mente de Isaac se liberó con una
explosión.
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