Page 344 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
P. 344
aquella idea mordaz. Puede que sucediera lo mismo con
cualquiera que se opusiera a Motley, pensó. Lin tenía tanto
miedo de reflejar su relación con él, estaba tan nerviosa
de ser algo más que una empleada, que le había llevado
mucho tiempo darse cuenta de que lo odiaba. El
enemigo de mi enemigo..., pensó. Pero había algo más.
Comprendió que sentía solidaridad por Ma Francine
porque era una khepri. Pero, y puede que aquello fuera
el corazón de sus sentimientos, Francine no era una
«buena khepri».
Aquellas ideas le pinchaban, le incomodaban, le
hacían pensar en su relación con la comunidad khepri
de un modo que no era directo, justo, confrontador. Y
aquello le forzaba a recordar su niñez.
Tras terminar cada día con el señor Motley, Lin
visitaba Kinken. Lo dejaba y cogía un taxi desde el
límite de las Costillas, dejando atrás Danechi y el
puente Barguest hasta llegar a los restaurantes, oficinas
y casas de Hogar de Esputo.
A veces se detenía en el bazar y se tomaba su tiempo
vagando bajo sus luces mortecinas. Sentía los trajes y
chaquetas de lino colgados de los puestos, ignorando a
los viandantes que la miraban descorteses,
preguntándose por la khepri que compraba ropas
humanas. Vagaba por el mercado hasta que llegaba a
344

