Page 348 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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esfuerzos  de  las  reinas  khepri  del  crimen  y  paseaba

            como  los  proscritos  por  todos  los  cuadrantes  de  la

            ciudad (excepto, quizá, por los Campos Salacus, donde


            los  proscritos  eran  mayoría),  comprendió  que  sus

            sentimientos hacia Kinken eran más ambivalentes de lo

            que se había permitido creer.


                Había  habido  khepri  en  Nueva  Crobuzon  desde

            hacía  casi  setecientos  años,  desde  que  el  Mantis


            Fervorosa  cruzara  el  Océano  Hinchado  y  alcanzara

            Bered Kai Nev, el continente oriental, el hogar de las

            khepri.  Algunos  mercaderes  y  viajeros  habían


            regresado de la misión acompañados. Durante siglos,

            los  descendientes  de  aquel  grupo  diminuto  se


            mantuvieron en la ciudad y se convirtieron en nativos.

            No había barriadas separadas, ni gusanos caseros, ni

            guetos. No había los suficientes khepri. Hasta el Cruce


            Trágico.

                Pasaron cien años antes de que los primeros barcos

            de refugiados llegaran arrastrándose, apenas enteros, a


            la  Bahía  de  Hierro.  Sus  enormes  motores  mecánicos

            estaban oxidados y rotos, las velas desgarradas. Eran

            barcos fúnebres, atestados de khepri de Bered Kai Nev


            apenas vivos. La enfermedad era tan despiadada que

            los viejos tabúes contra el entierro en el agua fueron


            ignorados.  Así  que  había  pocos  cadáveres  sobre  la

            cubierta,  aunque  sí  miles  de  moribundos.  Las  naves




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