Page 557 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
P. 557
29
Los dracos estaban asustados. Contaban historias
sobre monstruos en el cielo.
Por la noche se sentaban alrededor de los fuegos
pergeñados en los grandes basureros de la ciudad, y
abofeteaban a los niños para que se callaran. Se
turnaban para hablar de las repentinas ráfagas de aire
y describían seres horrendos. Veían sombras retorcidas
en el cielo. Habían sentido las gotas acres salpicar
desde lo alto.
Estaban cazándolos.
Al principio no eran más que historias. Aun a pesar
del miedo, incluso disfrutaban con ellas. Pero después
comenzaron a conocer a los protagonistas. Sus
nombres ululaban a través de la ciudad por la noche,
cuando se encontraba a los cuerpos idiotas, babeantes.
Arfamo y Lateral; Mentolado y, lo más aterrador,
Bichermo, el jefe de la ciudad oriental. Nunca perdía
una pelea. Nunca se retiraba. Su hija lo había
encontrado con la cabeza perdida, moqueando por la
boca y la nariz, con los ojos hinchados, pálidos, alerta
como un huevo podrido, entre los matorrales junto a
una oxidada torre de gas en el Parque Abrogate.
Se encontró a dos matronas khepri sentadas e
inmóviles en la Plaza de las Estatuas. Un vodyanoi
quedó tumbado junto al agua en la Sombra, con la
557

