Page 557 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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                Los  dracos  estaban  asustados.  Contaban  historias

            sobre monstruos en el cielo.


                Por  la  noche  se  sentaban  alrededor  de  los  fuegos

            pergeñados en los grandes basureros de la ciudad, y

            abofeteaban  a  los  niños  para  que  se  callaran.  Se


            turnaban para hablar de las repentinas ráfagas de aire

            y describían seres horrendos. Veían sombras retorcidas


            en  el  cielo.  Habían  sentido  las  gotas  acres  salpicar

            desde lo alto.

                Estaban cazándolos.


                Al principio no eran más que historias. Aun a pesar

            del miedo, incluso disfrutaban con ellas. Pero después


            comenzaron  a  conocer  a  los  protagonistas.  Sus

            nombres ululaban a través de la ciudad por la noche,

            cuando se encontraba a los cuerpos idiotas, babeantes.


            Arfamo  y  Lateral;  Mentolado  y,  lo  más  aterrador,

            Bichermo, el jefe de la ciudad oriental. Nunca perdía

            una  pelea.  Nunca  se  retiraba.  Su  hija  lo  había


            encontrado con la cabeza perdida, moqueando por la

            boca y la nariz, con los ojos hinchados, pálidos, alerta

            como un huevo podrido, entre los matorrales junto a


            una oxidada torre de gas en el Parque Abrogate.

                Se  encontró  a  dos  matronas  khepri  sentadas  e


            inmóviles  en  la  Plaza  de  las  Estatuas.  Un  vodyanoi

            quedó  tumbado  junto  al  agua  en  la  Sombra,  con  la




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