Page 558 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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enorme boca torcida en una mueca imbécil. El número
de humanos hallados sin mente aumentó hasta
alcanzar las dos cifras, y el ritmo no decaía.
Los ancianos del Invernadero en Piel del Río no
decían si había algún cacto afectado.
El Lucha contaba una noticia en su segunda página
titulada «Misteriosa epidemia de idiocia».
Los dracos no eran los únicos que habían visto cosas
que no deberían estar allí. Primero dos o tres, después
más (y cada vez más histéricos) testigos aseguraban
haber estado en compañía de aquellos cuya mente era
robada. Estaban confusos, habían caído en alguna
suerte de trance, decían, pero farfullaban sobre
monstruos, insectos diabólicos sin ojos, con oscuros
cuerpos abotargados que se desplegaban en una
pesadilla de miembros y articulaciones. Dientes
prominentes y alas hipnóticas.
El Cuervo se extendía desde la estación de la calle
Perdido en una intrincada confusión de avenidas y
callejuelas medio escondidas. Las principales arterias
(la calle LeTissof, el Paso Cocubek, el Bulevar Dos
Ghérou) estallaban en todas direcciones alrededor de
la estación y de la Plaza BilSantum. Eran avenidas
amplias y atestadas, una confusión de carros, taxis y
multitudes a pie.
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