Page 617 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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círculo de tres sillas cerca de la puerta, y se sentó muy
cerca de él. Sacó de forma ostentosa la pistola y la
apuntó a la cabeza del profesor.
Isaac cerró la puerta con llave.
—Muy bien, Vermishank — dijo con tono
profesional. Se sentó y miró a su antiguo jefe—. Lemuel
es muy buen tirador, en caso de que tengas ideas
estrafalarias. En realidad, es un poco capullo. Y
peligroso. No estoy en absoluto de humor para
defenderte, así que te recomiendo que nos digas lo que
queremos saber.
— ¿Y qué quieres saber, Isaac? —dijo Vermishank
suavemente. Isaac estaba iracundo, pero
impresionado. Aquel hombre era sorprendente
recuperando y conservando el aplomo.
Aquello, decidió Isaac, era algo de lo que había que
encargarse.
Se incorporó y se acercó a Vermishank; este lo miró
con unos ojos calmados que se abrieron alarmados
demasiado tarde, cuando comprendió que Isaac iba a
golpearlo de nuevo.
Lo hizo dos veces en la cara, ignorando el aullido
dolorido y atónito de su viejo jefe. Lo agarró de la
garganta y se inclinó hasta ponerse en cuclillas,
situando su cara a la altura de la del aterrado
prisionero. Vermishank sangraba por la nariz y
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