Page 650 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Lemuel, pero este se había pegado todo lo posible a la

            tabla y los garfios volaron inofensivos a su alrededor.

            El  soldado  apretó  un  botón  y  los  cables  se  retiraron


            rápidamente a su posición de partida.

                Lemuel observó a su compañera caída y preparó las

            pistolas.


                Isaac  gritaba  enfurecido.  Lanzó  otro  voluminoso

            frasco  de  inestables  compuestos  taumatúrgicos  a  la


            milicia. Se quedó corto, pero el matraz estalló con tal

            violencia que salpicó los escudos y por encima de ellos,

            se  mezcló  con  el  destilado  e  hizo  que  dos  oficiales


            cayeran gritando al suelo mientras su piel se convertía

            en pergamino, y su sangre en tinta.


                Una voz amplificada tronó a través de la puerta. Era

            la del alcalde Rudgutter.

                —Detengan  estos  ataques.  No  sean  inconscientes.


            No  van  a  salir  de  aquí.  Dejen  de  atacarnos  y

            mostraremos clemencia.




                Rudgutter se encontraba en medio de su guardia de

            honor con Eliza Stem‐Fulcher. Era del todo inusual que

            acompañara a la milicia en sus redadas, pero aquella


            no era una acción ordinaria. Se encontraba al otro lado

            de la calle, algo alejado del taller de Isaac.


                Aún  no  había  oscurecido  por  completo.  Rostros

            alarmados y curiosos se asomaban por las ventanas de




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