Page 689 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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rotas. Se cantaba con más voluntad que en Shankell,

            pero  con  una  delicadeza  considerablemente  menor.

            Habían  pasado  menos  de  tres  décadas  desde  que  la


            religión  cruzara  el  Mar  Escaso  con  algún  éxito.  Era

            evidente que las sutilezas se habían perdido en el agua,

            en alguna parte del camino.


                Antes de ser consciente de ello, sus oídos de cazador

            se  habían  dado  cuenta  de  que  uno  de  los  juegos  de


            pasos que se aproximaban a su escondrijo era familiar.

            Terminó su comida a toda prisa y esperó.

                Lemuel  apareció  recortado  en  la  entrada  de  la


            pequeña  gruta.  Los  viandantes  iban  y  venían  en  los

            espacios iluminados sobre sus hombros.


                —Yag—susurró,  escudriñando  ciego  en  el  fétido

            agujero. El garuda avanzó un poco hacia la luz. Lemuel

            portaba dos bolsas llenas de ropa y comida—. Vamos.


            Tenemos que volver.

                Rehicieron  sus  pasos  a  través  de  las  calles

            serpenteantes de la Sombra. Era Día de la calavera, día


            de  compras,  y  en  el  resto  de  la  ciudad  se  reunirían

            multitudes.  Pero  en  la  Sombra  las  tiendas  eran

            humildes, paupérrimas. Los residentes con el día libre


            acudían a Griss Bajo, o al mercado de Galantina. No

            había muchos testigos del paso de Lemuel y Yagharek.


                El  garuda  aceleró  bamboleándose  extrañamente

            sobre sus pies envueltos para mantenerse a la altura de




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