Page 690 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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su compañero. Se dirigieron hacia el sureste y, sin salir
de la sombra de las líneas férreas elevadas, voló hacia
Siriac.
Así es como llegué a la ciudad, pensó Yagharek,
siguiendo el rastro de las grandes sendas de hierro de los
trenes.
Pasaron bajo arcos de ladrillo y volvieron sobre sus
pasos hacia un pequeño espacio cerrado rodeado de
ladrillo monótono por tres de sus lados.
Las bajantes pluviales recorrían el muro hasta llegar
a los canales de hormigón y la reja situada en el centro
del patio.
En el cuarto lado, el que daba al sur, el espacio se
abría a una callejuela gris. La tierra se deslizaba y caía
sobre ella, pues Siriac se asentaba en una depresión de
arcilla. Yagharek escudriñó un horizonte de cubiertas
retorcidas de pizarra mohosa, ornamentos de ladrillo y
veletas encrespadas.
Lemuel miró a su alrededor para asegurar la
privacidad y abrió la rejilla. Zarcillos de gas
nauseabundo ascendieron para abrazarlos. La canícula
enriquecía el hedor. Lemuel le dio sus bolsas a
Yagharek y sacó una pistola preparada del cinturón. El
garuda lo observaba desde debajo de la capucha.
El hampón se giró con una sonrisa dura.
—He estado cobrando favores para equiparnos —
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